El
Picure es roedor un poco parecido a la lapa.
Hocico largo, arisco, en manada casi siempre atravesando los caños del
Caura y otros ríos de Guayana. Nada
tiene de sanguinario este mamífero tan cotizado por el tigre. Sin embargo, “Picure” le decían a uno de los
guardaespaldas del funesto Tomás Funes, quien durante ocho años explotó las
riquezas forestales del Amazonas a sangre y fuego y a un costo humano alto, tal
vez situado en unas 400 víctimas.
“Picure” junto con otro apodado “Avispa” era el encargado de espiar y
eliminar a los enemigos en una trilla llamada “la trocha de la muerte” que
comunicaba a San Fernando de Atabapo con el Alto Orinoco.
El remoquete de “Picure” a este
guardaespaldas o espaldero de Funes quizás no sea por lo cruel y sanguinario
que era sino por lo trompudo y husmeador que había sido el nefasto
personaje. De todas maneras, lo curioso
del caso es que después que el general Arévalo Cedeño libera al Amazonas tras
una operación sigilosa y sorpresiva desde las llanuras de Casanare, enero de
1921, el temible “Picure” se las ingenia para burlar a sus captores y logra
escaparse sin que pudiese nunca darse con su paradero para que pagara sus
crímenes. Desde entonces un nuevo verbo
reflexivo, sinónimo de fugarse habilidosamente, entró a formar parte de la
terminología criollas “Picurearse”.
Se completa esta buena historia con otros escritos que identifian la muerte del fulano Picure en la isla Sarrapia (ahora conocida como isla de Picure) proxima al la Gran Isla de Raton, fusilado, pues finalmente fue encontrado en ese sitio.
ResponderEliminar