jueves, 30 de septiembre de 2021

LA OBLIGACIÓN DE VESTIR BIEN EN LA CIUDAD BOLÍVAR DEL PASADO

En la actualidad daría ganas de reír, pero si examinemos la historia de Ciudad Bolívar, nos daremos cuenta que en el pasado reciente existió por decreto la obligación de vestir bien. Nico, hombre sencillo, de piel oscura, siempre vestido de pantalón y camisa, confesaba que nunca se puso un traje y menos corbata, ni siquiera cuando la municipalidad sugirió ponerse sus mejores atuendos para recibir al Presidente de la República Eleazar López Contreras, ni en 1939 cuando era obligatorio, según decreto del presidente edilicio Edmundo Cruz Prieto, que prohibía so pena de ser sancionado con multa de 25 y 50 bolívares o arresto proporcional. “a partir de las 6 de la tarde, durante los días de labor y durante todo el día y la noche de los días feriados, circular por las calles, plazas, paseos, y asistir a los locales de espectáculos públicos, trajeados de guardacamisa, camisa o en cualquiera otra vestimenta que dañe la moral pública y afecte la buena compostura propia del vestir”. La medida municipal con el tiempo quedó circunscrita a los Tribunales de Justicia. Por lo menos, desde que el doctor Reinaldo Sánchez Gutiérrez fue designado Presidente de la Corte, pues fue él quien dispuso la obligatoriedad aún mantenida, del uso del palto tanto a jueces y abogados como a ciudadanos que traspongan hacia adentro el umbral del Palacio de Justicia. Fue en esa ocasión cuando el gordo Natalio Silva, sastre popular que tenía su taller en la calle Dalla Costa, al lado del negocio de Pedro Montes, en la misma cuadra de la sede de los Tribunales, hizo su agosto alquilando paltos de todas las tallas y colores, sólo que no todas las veces la talla y el color venían a tono con el usuario, de tal forma que eran unos cuantos los curiosos que se reunían en las esquinas próximas para disfrutar de los "espantapájaros", de aquellos, por ejemplo, que siendo de talla 40 se veían en la perentoria necesidad de embutirse en un palto talla 30 o viceversa. Cuando el Presidente López Contreras visitó a Ciudad Bolívar, tercer año de su gobierno, 4 de septiembre de 1938, fue recibido en La Alameda por doce mil personas alborozadas y trajeadas con sus mejores prendas. Llegó en la cañonera “Rafael Urdaneta” y se dirigió a pie hasta la Plaza Bolívar. Visitó varios sitios públicos y al hablar en el Club de Comercio sobre varios puntos de su gestión, aclaró que su gobierno no era “de fuerza, sino de convencimiento; no de fuerza sino de ley, y la ley es dura, pero los hombres y los Gobiernos, con un poco de buena voluntad, lograrán no violarla”. En esa ocasión dijo haber constatado el estado de miseria de la población de San Félix debido al aislamiento y prometió además de un vasto plan minero, incluir la carretera a San Félix en el Plan Trienal. (AF)