miércoles, 30 de enero de 2013

"GOMECITO" EL DE LA SEGURIDAD NACIONAL


estefaniaRetrato símbolo de lo que fue la SN a la que pertenecía Gomecito.

           
Luis Fernández, recién se estrenaba como joyero, cuando un día de los años cincuenta lo visitó en su taller del Puerto de Las Chalanas, al lado del Cine Río, el jefe local  de la Seguridad Nacional, a quien llamaban “Gomecito”, interesado en una cadena con la cual aspiraba halagar a su jefe mayor don Pedro Estrada, así como un prendedor prometido a Doña Flor, la esposa de Pérez Jiménez y una leontina para El Platinado, alto funcionario policial, todo lo cual debía estar listo al cabo de una semana, cuando viajaría a Caracas como invitado especial del Gobierno.

            Fernández, por tratarse de un funcionario de su índole, puso empeño en el encargo.  Habilitó empleados y sacó fiado el oro, que entonces costaba cinco bolívares el gramo, y tal como fue convenido, a la semana, se presentó Gomecito a retirar los dorados objetos, prometiendo pagar tan pronto regresara de la capital.

            Muy difícil era, para un policía o funcionario público de aquel decenio temeroso de la Seguridad Nacional, ser probo y honrado.  De manera que Fernández hizo tres intentos en vano para que Gomecito cancelara la factura y, al final, optó por darle ese trabajito tan penoso de cobrador a su comadre la Señora Maurera, pero, sálvese quien pueda, el jefe de la Seguranal, histriónicamente, montó en cólera y ordenó a cuatro de sus agentes traer a su presencia al joyero de la calle de Las Chalanas.

            “De manera que usted pretende ridiculizarme comisionando a una mujer para cobrarme” – exclamó con acento admonitorio.  Pero Fernández  respondió que de ningún modo, había sido simplemente que él carecía de tiempo para continuar haciéndolo personalmente.

“En ese caso, pués, yo sé cuando debo pagarle” –respondió el jefe de la Seguranal y Fernández, bien aconsejado por lo que intuía, decidió dejar las cosas como estaban o, por lo menos, hasta que algún día cayera la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, como realmente ocurrió el 23 de enero de 1958.  Entonces, don Luis se armó de un machete marca Collins tres canales y no dejó rincón de la ciudad que no olfateara buscando la piel del arbitrario jefe de la Seguridad, pues según sus palabras “no te vas a ir con la cabuya en la pata”

            Finalmente, monseñor  Juan José Bernal Ortiz, Obispo de la Diócesis, lo aplacó diciéndole que los miembros de la Seguranal estaban detenidos en el cuartel militar y que él hablaría con el comandante para ver si recuperaba el producto de su trabajo.

            Así lo  hizo y Fernández fue citado ante el comandante y en su presencia fue traído Gomecito, quien reconoció la deuda, pero no tenía para cancelarla sino 500 bolívares depositados en la Receptoría y 500 más de un Jeep que le había vendido a un oficial del mismo cuartel.

“¿Le sirve eso?”, le preguntó el comandante y Fernández respondió un tanto resignado: “Qué vamos hacer, cuando se hunde el barco hay que salvar aunque sea la guerra.”<(AF)/i>

lunes, 28 de enero de 2013

LA SEMANA DE LA PATRIA

       

Evento que hizo famoso a la doctrina del Nuevo Ideal Nacional  fue la “Semana de la Patria”, manifestación cívica oficial instaurada  según decreto presidencial del 15 de junio de 1953 por el gobierno de Marcos Pérez Jiménez.

            Ese decreto disponía que a partir de ese año, el aniversario de la Independencia de Venezuela, se iniciaría en todo el territorio nacional una semana antes del 5 de julio, para lo cual el Ejecutivo Nacional como el de los Estados, Distrito Federal y Territorios Federales debían elaborar los programas conmemorativos correspondientes.

            La motivación era elocuente: Revalorizar  el concepto de Patria, honrar a los héroes y exaltar los valores de la nacionalidad, pero los adversarios del gobierno  le otorgaban otra connotación, la de beneplácito o adhesión pública a la política del régimen.

            Lo más importante de la manifestación oficialista era un desfile que contaba con la participación de juventudes universitarias, liceístas, escolares, obreros, campesinos, funcionarios públicos, artistas, intelectuales e integrantes de las Fuerzas Armadas Nacionales.  El desfile de Caracas  que tenía como escenario el Paseo Los Próceres,  servía de patrón a los del interior del país.

            En Ciudad Bolívar se iniciaba en la avenida 19 de abril y cubría hasta desintegrarse todo el Paseo Orinoco.  Figura casi emblemática de aquellos días era el negro Tomás Rivilla todo forrado de liquiliqui desde los broches de oro del cuello hasta los zapatos blancos, aunque muchos por el prejuicio adeco mandaban a confeccionar el liquiliqui de color gris.

            Para los sastres de la ciudad la Semana de la Patria era como una bendición, pues con notable antelación y como para un diciembre cualquiera, su trabajo se triplicaba.  Los funcionarios, y más los perezjimenistas connotados del llamado  “Nuevo Ideal Nacional”, mandaban a confeccionar su liquiliqui que sigue siendo a pesar de la transculturación, el traje típico nacional.

            Víctor Inojosa, sastre tradicional de Ciudad Bolívar, recuerda que en febrero de 1952 cuando colocaron la primera piedra de Puerto Ordaz y Ciudad Piar,  tuvo, por orden del gobernador Eudoro Sánchez Lanz, que confeccionarle liquiliqui a varios norteamericanos, entre ellos, a Mr. Hogberg, Presidente de la OMC.  Pero el susto más grande de su vida lo padeció cuando el Gobernador René Silva Idrogo  le envió al periodista Jesús Lozada Rondón, un gordo de 120 kilos con talla de uno ochenta,  para que le confeccionara cuatro trajes. Entonces, para poder tomarle las medidas tuvo que montarse en un taburete.

            Por aquellos trajes, obviamente, debió cobrar más de lo corriente que era bastante, pues han sido para él los gobiernos adecos los mejores  porque a los descendientes de Juan Bimba les encanta mandarse hacer trajes.  Durante el primer período de Carlos Andrés Pérez no se daba abasto y tuvo que habilitar operarias extras.(AF)

domingo, 27 de enero de 2013

DON RIVILLA Y SU ESCUDERO FLORENTINO



Si bien Rivilla era figura emblemática de la Semana de la Patria, también lo era como abanderado en la campaña a favor de la creación de la Universidad de Oriente que estudiantes orientales habían iniciado en Mérida en 1948 y no había podido avanzar con la Dictadura debido a  la dispersión de los integrantes del Comité‚ luego de las graduaciones de 1953.  La única llama viva de ese movimiento que había tocado todos los estratos sociales, la representaba en Ciudad Bolívar el pequeño comerciante del Mercado, don Tomás Rivilla, a quien los citadinos conocían mejor como "El Negro de las Lamus". Rivilla tomó la campaña para él y en compañía de su camarada, Florencio Pinto, caminó por todo el Estado y el Oriente sumando firmas al pie de un documento que pedía al Gobierno Nacional la creación de la Universidad de Oriente. Pero el Gobierno nacido de un golpe contra Gallegos nunca quiso nada con las Universidades, principal foco de rebelión contra el sistema político vigente; de manera que, al derrumbarse, sólo quedaba la pancarta de Rivilla enarbolada en el frontispicio de su casa frente al altozano de la Catedral: "Mi General, los guayaneses quieren que le devuelvan su Universidad" El General no la devolvió, tampoco su sucesor Wolfgang Larrazabal a pesar de su origen carupanero. Correspondió al cumanés doctor Edgar Sanabria, ex-Rector de la UCV y Presidente provisional, firmar el decreto 459 creando la Universidad de Oriente, con sede en Cumaná  y no en Ciudad Bolívar como bien quería el quijote don Tomás Rivilla y su escudero Florencio Pinto< (AF) i>.

jueves, 24 de enero de 2013

LOS SAFARIS DE SUCRE FIGARELLA



            Si algo bueno tenía Víctor Inojosa, el costurero de los soldados de la Semana de la Patria, incluyendo, por supuesto a don Tomás Rivilla, es que aparte de ser buen tertuliante de las cosas tradicionales de  Guayana, cose bueno de verdad, a pesar del chiste de la bragueta torcida que puso como un querrequerre a Leopoldo Sucre Figarella, quien se cuenta entre los numerosos gobernadores que mandaban a confeccionar su traje con el “Clemens guayanés” como alguna vez lo llamó Juvenal Herrera.
         Cuentan que Leopoldo Sucre Figarella, cuando era aficionado a la cinegética, Inojosa le confeccionaba los trajes safari para viajar a la jungla africana, hasta que lo picó la mosca Tse –Tsét, para luego de un sueño profundo despertar aborreciendo la cacería mayor.(AF)





martes, 22 de enero de 2013

"DILE A SOTO QUE VAMOS A TERMINAR EL MUSEO"


                                           Anastasio Somoza

            El 12 de diciembre de 1974,  el Presidente de Nicaragua, Anastasio (Tachito) Somoza, hijo menor del dictador Anastasio (Tacho) Somoza, por poco cae en Guayana para siempre, al aterrizar de emergencia su avión Sabre 60 que lo llevaba a la Cumbre de Jefes de Estado convocada por el Presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez y realizada en Puerto Ordaz durante tres días.

            A esa memorable reunión acudieron seis Jefes de Estado de los países centroamericanos y del Caribe que entre los días jueves 12 y sábado 14 estudiaron y definieron más y mejores formas de cooperación económica y financiera, acentuando su interés en políticas convenientes en el financiamiento y comercialización de productos agrícolas, industriales y petroleros.

            Asistieron, además del Presidente de Nicaragua Anastasio Somoza Debayle, el Presidente de Panamá, Omar Torrijos;  el Presidente de Costa Rica, Daniel Odúber; el Presidente de Honduras, Oswaldo López Arellano; el Presidente de Guatemala, Eugenio Laugerud; el Presidente de Salvador, Arturo Armando Molina y el de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, calificado entonces por la AP como “Mensajero a tiempo completo de la integración”, pues de eso se trataba, firmar acuerdos de cooperación que pudieran contribuir al logro de una verdadera integración económica y financiera de toda América Latina.

            La mayoría de estos mandatarios llegaron directamente a Ciudad Guayana donde estaba diseñado todo el protocolo de recibimiento, menos Anastasio Somoza Debayle, pues el piloto de su avión Sabre 60, que volaba directo desde Managua cubriendo una ruta de tres horas y media, tuvo que aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Ciudad Bolívar por agotamiento de combustible.  El Sabre aterrizó con el último litro de gasolina y permaneció durante dos horas debido a que  la Estación de Servicio no tenía combustible del tipo requerido por el avión presidencial nicaragüense.  Debido a que la Cumbre se instalaba ese día, al piloto del Sabre 60 no le quedó más remedio que reanudar el vuelo con gasolina de bajo octonage y, por supuesto, con mucha adrenalina acelerando el ritmo cardiaco del honorable pasajero.

            Que un miembro de la dinastía Somoza visitara Venezuela nunca se había previsto porque siempre, desde el tronco mayor de ella pasando por la descendencia era muy mal vista por la Democracia venezolana, especialmente por Rómulo Betancourt.

            Los Somoza mandaban en Nicaragua desde 1937 que  Anastasio resultó electo Presidente.  Desde entonces, directa o indirectamente, se enseñoreó sobre la nación hasta el 21 de septiembre de 1957 que fue víctima de un atentado.  Le sucedió su hijo Luis Somoza Debayle, quien gobernó hasta el 63.  En el 67, ascendió a la Presidencia su otro hijo, Anastasio Somoza Debayle, derrocado en 1979 por el movimiento que lideraba Daniel Ortega.  A los pocos meses caería definitivamente, no desde un avión Sabre 60 sino desde un automóvil ametrallado en Paraguay, país donde se hallaba exiliado.(AF)


jueves, 17 de enero de 2013

San Isidro y el hierro de Ciudad Piar


San  Labrador ha sido asociado por el agua y el sol porque según creencia a él se le adivinan poderes intermediarios para hacer que Dios quite el agua y ponga el sol cuando la lluvia por caer en exceso obliga también a un exceso de ruegos por parte de los devotos del santo.  Sin embargo, en el santoral San Isidro Labrador está representado con el emblema de la abeja y el pan simbolizando tal vez algún pasaje muy acentuado de su abnegada existencia.  Como quiera que sea, lo cierto es que San Isidro no estaría muy bien con Ferrominera que ahora explota con todos los hierros el cuadrilátero de su yacimiento, nada menos que de 400 millones de toneladas de mineral ferroso con tenor de 65 por ciento.  Lo decimos porque el día en que muy cerca del cerro el doctor Aníbal La Riva se proponía decir el discurso de inauguración de los trabajos de infraestructura para la explotación del mineral de San Isidro, sobrevino un golpe de agua que nadie esperaba, pues varios meses hacía que no llovía y además el sol había amanecido esplendoroso.  El arzobispo Crisanto Mata Cova y el padre José que estaban entre los circunstantes poco entendían el fenómeno de   la aguada y parecían buscar la respuesta mirando al cerro y al cielo, pero menos podía entenderlo el gordo socialcristiano La Riva que comenzó diciendo “Hace un rato le preguntaba al padre José si San Isidro no sería un santo devaluado por aquello del agua y el sol”.  Algo así como un santo que no hace milagros.  No dijo ni sabemos que respondió el sacerdote pero seguramente que estaría este más de acuerdo con el santo labrador, pues el hierro, al fin y al cabo no es un producto renovable  como el sol, el agua, el pan y la miel.

Tachito y La Cumbre


Posada de la Montaña
Mientras en Puerto Ordaz esperaban por Tachito Somoza para instalar la Cumbre de Jefes de Estado, éste se hallaba en la Terminal de Pasajeros de Ciudad Bolívar pasando el susto por haber quedado en pleno vuelo sin gasolina su avión Sabre 60, pero lo reconfortaba el pasaje urbano de la capital orinoquense y un hotel, coincidencialmente, Hotel La Cumbre, sobre una colina alta, obra del Premio Nacional de Arquitectura, Fruto Vivas.  El Jefe de Aeropuertos, Efrén Bolívar, le echó el cuento, pues el impresionante hotel estaba abandonado a causa de un embargo hacía tres años.  Lo hizo construir el  médico Arturo Toledo que en los años 60 vivía en el mismo lugar que para entonces era un cerro de puro monte y culebra y cuenta él mismo que cuando a su esposa  Julia subieron a visitarla varias señoras de la ciudad y viendo todo aquel enredo de maderas labradas entre grandes piedras y formidables bases se concreto armado, preguntaron, entonando su asombro: “Mira, July, ¿quién es el loco que está haciendo eso?” A lo que respondió la esposa de Toledo: “Un loco que está por ahí”.  Y el arquitecto Fruto Vivas que trabajaba muy cerca, pero atento sin ser visto,  irrumpió entre la maraña muy expresivo: ”Loco yo no, señora, loco es su marido que hace lo que yo le digo que haga”

            Y la locura que en estos casos es como un estado de sueño virtualmente imposible, se hizo realidad tangible hasta el punto de que el propio pueblo en concurso inusitado escogió el nombre.  Se llamará “La Cumbre”, dijo una niña del barrio La Sabanita que entre miles se ganó el premio y a las nueve y media de la mañana del sábado 19 de septiembre de 1964, cuando Ciudad Bolívar todavía no tenía puente, el imponente hotel con Lila Morillo, Mario Suárez y Amado Lovera y cien padrinos, quedó inaugurado.

            Un día vino Maximiliam Schell, primera figura de la película “La Epopeya del Libertador”, cuando esta era rodada en la ciudad, y no quería irse del hotel, casi siempre metido en la piscina con forma de guitarra, construida sobre una inmensa laja a la que los vecinos le atribuían cierta fuerza magnética capaz de salvar y curar

martes, 15 de enero de 2013

En los brazos de Maximilian


    

            La Casa del Congreso de Angostura era uno de los escenarios de “La Epopeya del Libertador”, museo de sitio dirigido entonces por la señorita, ya septuagenaria, Ana Luisa Constasti, descendiente de próceres. Era celosa de esa Casa, la cuidaba como un templo, tanto que cuando vio entrar en ella toda esa parafernalia de equipos, camarógrafos, luministas, técnicos y artistas, con expresa autorización del Gobernador para rodar en ella algunas escenas,  quedó impresionada, no soportó el impacto y cayó desmayada, afortunadamente,  en los brazos de Maximiliam Schell, el protagonista de la película.

lunes, 14 de enero de 2013

LA ACTRIZ GRIEGA IRENE PAPAS




                  El Gobernador Andrés Velásquez y la actriz Irene Papas.
              Numerosos artistas como Maximiliam Schell han quedado fascinados de Guayana.  En septiembre de 1941, el popular cantante y actor de cine mejicano, Tito Guizar, cuando fue traído por Vicente Echeverría hijo para que cantara “Rancho Grande” en el Cine Royal de Perro Seco; el actor argentino Arturo de Córdova, cuando luego de rodar “La Balandra Isabel llegó esta tarde” en la Isla de Margarita, pidió que lo llevaran a Guayana para hacer un día de relax sumergido en la Laguna de Canaima, alimentada por el Salto Hacha, y la famosa actriz griega del cine, Irene Papas, cuando vino a protagonizar en esta ciudad escenas de la serie televisiva “Océano”, co-producción ítalo-venezolana, que trata de una familia de Lazarote que en un bote surca el océano para llegar hasta Venezuela perseguida por un asesino a sueldo.  Cuando la talentosa actriz fue a saludar al Gobernador Andrés Velásquez, este le dijo “¿Es cierto que usted viene perseguida por un sicario?”(AF)