La Casa del Congreso de Angostura
era uno de los escenarios de “La Epopeya del Libertador”, museo
de sitio dirigido entonces por la señorita, ya septuagenaria, Ana Luisa
Constasti, descendiente de próceres. Era celosa de esa Casa, la cuidaba como un
templo, tanto que cuando vio entrar en ella toda esa parafernalia de equipos,
camarógrafos, luministas, técnicos y artistas, con expresa autorización del
Gobernador para rodar en ella algunas escenas,
quedó impresionada, no soportó el impacto y cayó desmayada,
afortunadamente, en los brazos de
Maximiliam Schell, el protagonista de la película.
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