sábado, 27 de abril de 2013

Los bigotes del Señor Gobernador


El talante del Gobernador Manuel Garrido Mendoza, inspiró simpatía desde el mismo momento de la toma de posesionó de la Gobernación.  Los bolivarenses se sintieron atraídos por aquella figura alta y magra luciendo en la parte superior de los labios unos bigotes largos, abundantes  y poblados.
            Todo el mundo tenía que ver y para diferenciarlo del común de los bigotes empleaban el vocablo italiano mostaccio (mostacho) recordando tal vez al venado de matacán o aquel personaje, Bartell D´Árcy,  de la novela Los Muertos, del escritor y poeta irlandés James Joyce, que cantaba ópera en el Theatre Royal.
            Se me ocurre que este personaje de Joycee ha debido parecerse a nuestro paisano bolivarense  José Sambrano Ruiz, un ex gerente de la CANTV, a quien los citadinos preferían reconocer como “Bigote Eléctrico”, cognomento que creo le habría venido más acertadamente a Mario Moreno Cantinflas.
            Lo cierto de todo esto es que a una de las bombas diamantíferas del Guaniamo los mineros la bautizaron con el nombre “Los Bigotes del Gobernador”.  El diario El Nacional se ocupó del asunto y hasta el doctor Márquez Bustillos fue recordado a propósito, sólo que este funcionario de confianza del General Juan Vicente Gómez tenía los bigotes puntiagudos o vibrisas como un morsa del Pacífico.
            Muchos bolivarenses siguieron la moda del Gobernador, entre ellos, el Presidente de la Asociación de Ejecutivos, doctor Ramón Castro Mata, aclarando cuando un periodista le preguntó que “antes que imitar al Gobernador, yo diría que imito más bien a mi abuelo que los usó antes que él”.
            En esa ocasión, queriéndole salir al paso, la señorita Malvina Rosales, la primera guayanesa en usar pantalones y que trabajó en una oficina pública, dijo que si los mostachos vuelven ella resucitaría el rígido abanico de conchas, pese al ventilador y al aire acondicionado.


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