Para disfrutar
los espectáculos del Circo Monedero, a las guayanesas les llegó oportunamente
de Paris la moda de la “falda-pantalón”, pero
bolivarenses reaccionaron en mayo de 1911 contra la moda parisina que se
esforzaba en romper fronteras ya en Madrid, Turín, Nueva York y Filadelfia,
donde se registraron reacciones adversas de toda índole.
Los citadinos de la capital
bolivarense trataron de arrugarla. Una muchacha de nombre Pilar fue la primera
en lanzarse al ruedo y en la prensa local le sacaron un largo poema, no de amor
sino de humor y sarcasmo del cual extrajimos estos versos: “Eso de usar pantalones / y a la vez faldas / ofrecerá confusiones /
que serán divertidas / Y es super-chic, además / una falda pantalón / que hace
mujer por detrás / y por delante varón / Y no tema usted, Pilar, / que le ocurra
en el país / que la quieran apedrear / como sucede en Paris”.
Pero nadie se atrevió apedrear a la
atrevida Pilar, apenas estos versitos y algunas coplas, entre rones chichas y
chanzas que se deslizaron durante los velorios de la Cruz de
Mayo.
Juanita Cruz, una joven que en España, quería ser torera, no
obstante los prejuicios de la época, aprovechó la moda-pantalón para lanzarse
al ruedo. Para torear se vestía, según
las crónicas, con una falda pantalón bordada, pero la Guerra Civil española
primero, y la represión franquista después, impidieron un correcto desarrollo
de su carrera en España.
El resultado de la
Guerra Civil la trajo a Venezuela y estuvo a punto de venir a
Ciudad Bolívar, pero la prohibición para las mujeres de torear en España repercutió aquí —una más, no la peor de las
que sufrían entonces— siguió su carrera en tierras americanas. Tomó la
alternativa el 17 de marzo de 1940, en México, y se retiró en La Paz , en 1946, después de matar
más de setecientas corridas, luciendo su falda pantalón sin sufrir apenas
percances. Murió el 18 de mayo de 1981, en Madrid.
La falda-pantalón consistía en un vestido que caía suelto desde la
cintura y cubría las piernas o parte de ellas.
En resumen, un pantalón con las perneras anchas que le daba un aspecto
de falda. Muy difícil para coger
picones, pero que le daba a la mujer seguridad sin temor a que le vieran las
profundidades reservadas como un misterio sensual y libidinoso para el
matrimonio..
La fabulosa novedad produjo además chistes, sarcasmos, rimas y
romances, libretos radiales como aquel del marciano que llega a la tierra y
establece un diálogo con los primeros terrícolas a su paso.. Le dicen en respuesta a sus indagaciones que
en este planeta Tierra viven hombres y mujeres.
¿Cómo son? Explique, puedo
distinguirlos. Es usted hombre o
mujer? Yo soy hombre. Visto pantalones y uso pelo corto. ¿Y usted? Interroga un segundo: Soy una mujer. Visto falda, tengo el pelo largo, llevo
aretes. Sigue su camino, ve a una chica
y le pregunta ¿Hey, usted es hombre, verdad?
No, soy mujer y el extraterrestre extrañado le repregunta. Entonces
porque usa pantalón y tiene el pelo corto? Continúa y más adelante ve a un chico y lo
interroga ¿Hey, usted es mujer, verdad? .No seas idiota, marciano, yo soy hombre. Pero no puede ser…Tienes pantalón, pelo largo
y aretes…no entiendo nada…!Mejor regreso a mi planeta!
Luego de la falda-pantalón, una diseñadora de moda británica llamada
Mary Quant, renegó del pantalón y se quedó con la falda, más atrevida todavía. La revolucionaria modista lanzó la minifalda
y no conforme con ella, inventó las medias estampadas, las botas altas por
encima de las rodillas, los pantalones de campana, los tops calados y los
impermeables de colores chillones de estilo juvenil y a precios asequibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario