En agosto de
1909 el Orinoco registró una gran crecida y los bolivarenses asociaron el
desbordamiento con la llegada del Cometa Halley, anunciada como “el
mayor fenómeno celeste que quizás haya observado la humanidad desde 240 años
antes de Cristo cuando fue registrado por primera vez”.
El Río Padre se desbordó e inundó
la Plaza del Abanico (Plaza Farreras) y
las calles Venezuela, La Cloaca, El Cañón, Maturín, Zaraza, El Toro,
Urica, Piar, Santa Justa, 28 de Octubre,
Santa Rita, El Porvenir, Orinoco, Barrio El Remanso, Isla del Gato, Solar de la Aduana Vieja, Barrio Santa Lucía, parte Sur de la Laguna,
Barrio La Logia, Barrio El Pilón, y Barrio El Chipolo.
Total 422 casas inundadas, entre ellas, la de los talleres del
diario El Luchador, las casas de las familias Cambra, Núñez Machado, José
Eugenio Sánchez Afanador, Siegert, Marcó, Virgilio Casalta, Julia García y Alcalá Sucre.
El Presidente de la República, Juan Vicente Gómez destinó 40 mil
bolívares para la construcción de un nuevo dique entre la parte oriental de
Santa Lucía y la occidental de La Alameda,
además, 6 mil bolívares para los damnificados más pobres congregados en
número de 545, frente al Palacio Episcopal (Plaza Bolívar) para ser reubicados
por la Junta de Socorro que presidía el
obispo de la diócesis, Monseñor Antonio María Durán.
Tavera Acosta, Agustín Codazi,
Rafael Gómez Picón y Ernesto Sifontes, quienes recogen en sus estudios las
crecidas extremas registradas por el Orinoco desde la fundación de Angostura,
sostienen que la mayor ocurrió en 1892, específicamente el 10 de agosto, cuando
alcanzó una altitud de 19,14 metros sobre el nivel del mar y cubrió la Piedra
del Medio por primera vez.
Para recordar el suceso fue fijada
en el inmueble que hace esquina con el Paseo Orinoco y la calle Dalla Costa,
justo donde estuvo el Banco Royal of Canadá, una placa de
mármol. Otras crecidas famosas recuerda la tradición oral que se registraron en
1844, 1854, 1864, 1872 y 1890. Según la tendencia el Orinoco exagera su
crecimiento cada decenio y cada cincuenta años. En 1943, también el 10 de
agosto y a medio siglo de la que tapó la Piedra del Medio, se registró otra
crecida espantosa. Entonces, la ciudad parecía una Venecia, se podía navegar en
curiaras por las calles y ese año, sí toda la nación estuvo pendiente y el
Presidente de la República, Medina Angarita, vino a la ciudad para apreciar
personalmente los daños y número de damnificados de la inundación. Entonces existía
la “Ciudad Perdida”, latrocinio de fama marinera en todos los puertos del país
que arrasó el río por completo y sobre cuyos escombros el Mandatario Nacional
ordenó la construcción del actual Grupo Escolar Estado Mérida.
En la Esquina del Sordo, en los
propios predios de la Ciudad Perdida hubo hasta hace poco una placa que marcaba
el nivel alcanzado por el Orinoco en el 43, prácticamente tocaba el techo de la
primera planta del edificio.
En cuanto al nivel más bajo, el
Bachiller Sifontes dice en una monografía del año 58 que el Orinoco lo presentó
“el 23 de marzo de 1923 y fue entonces cuando se cortó, se pobló de playones
arenosos con canales entre ellos y de troncos secos que impedían la navegación,
incluso de la curiara o cayucos, pudiéndose ir de una ribera a la otra vadeando
los canales o saltando por sobre las pequeñas islas”.
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