El primer siniestro aeronáutico en Guayana ocurrió con un aeroplano de Aeropostal Faichild,
monomotor de 150 caballos de fuerza, el 23 de abril de 1937. Cubría la ruta Santa Elena de
Uairén - Tumeremo y de las nueve personas a bordo del aparato, perecieron en el accidente, Mr. Frederick D. Grab,
agregado comercial de la Embajada norteamericana en Venezuela y Alfonso Duque,
trabajador de las minas de Surukum.
Sobrevivieron, pero gravemente heridos, además de los tripulantes
Capitán Jorge Marcano, Teniente Mendoza y el Radiotelegrafista Fuenmayor, el escritor científico neoyorquino Mr.
William Armstrong Perry, el guardia nacional Serveron, la empleada de la mina
de Surukún Lina Vallés y el padre capuchino Baltasar de Matallana, único ileso
y quien pudo asistir a los heridos hasta ser rescatados días más tarde.
Cuando le preguntaron al padre
capuchino Baltasar de Matallana (en la foto) cómo se
hallaba. Respondió:
“Pues, chico, después que descendí por los escombros del siniestro,
me hallaba ante el avión, mudo y estático, como un náufrago en solitaria isla
ante las cuadernas del buque destrozado por un ciclón” (AF).
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