Al igual que el
Vicario del Caroní, llegó por barco a Guayana el poeta Andrés Eloy Blanco en
noviembre de 1927 para recitar en el Teatro Bolívar su poema “El
Río de las siete estrellas” invitado por el Centro Guayana Lírica. No
había otra vía expedita porque los vuelos comerciales aún no se habían
inaugurados. Éstos no serán sino a partir del 10 de mayo de 1929, dieciséis años después
del vuelo primigenio del neoyorkino Fran Boland, cuando aterrizó el segundo
aparato en el aeropuerto de Ciudad Bolívar, un avión Potez Lorraine de
fabricación francesa, pilotado por el Capitán Couret, para lo cual el gobierno
de Silverio González construyó un aeródromo que bautizó con el nombre “24
de julio”. Seis mil personas se congregaron en el campo de aviación y
tras el aterrizaje la Banda Gómez ejecutó la “Marsellesa”.
Los tripulantes y pasajeros fueron
agasajados en el Club de Comercio. Se trataba de una Misión Comercial francesa
presidida por Collin Jeannel que cumplía el raid Maracay- Maracaibo – Maracay –
Ciudad Bolívar para establecer una ruta comercial. El aparato descoló a las
6:15 de la mañana de Maracay y aterrizó en Ciudad Bolívar a las 11:20 (5 horas
y 5 minutos).
El
15 de octubre de ese mismo año 1929 el monoplano francés Latecoere-26, en vuelo
sport, realizó otro aterrizaje, pero sufrió un accidente y hubo que aguardar
que llegaran repuestos de Francia para poder regresar a su base en Maracay. El
14 de enero del año siguiente el mismo avión, pilotado por Gaston Chenu, hizo
un cuarto vuelo, entonces sin mayores problemas.
Sin
embargo, no fueron estos cuatro vuelos propiamente el inicio de la aviación
comercial en el Sur del Orinoco sino el realizado por el Latecoere-28 al mando de
los pilotos Paul Vachet y Gaston Chenu, el 21 de abril de 1930. Con este vuelo
quedó oficialmente inaugurado el Servicio aeropostal entre Maracay y
Ciudad Bolívar y lo cubrieron como invitados especiales funcionarios del
Gobierno y los periodistas: José Nucete Sardi, redactor de El Universal
y J. A. Cova, redactor de El Heraldo. Otro invitado distinguido era Pierre
Clemenceau, nieto del célebre Tigre de Francia, George Clemenceau. Estas unidades aéreas que surcaban
los cielos Venezolanos y tocaban en el aeródromo de Ciudad Bolívar, pertenecían
a la Compagnie
Genérale Francaise que cubría
las rutas nacionales e internacionales desde 1929. El primer guayanés en viajar en el Latecoere-28 fue el comerciante
Alejandro Uncein.
En
1930 cuando se establecieron los vuelos de Aeropostal entre Maracay, Ciudad
Bolívar, y el interior del Estado, en los novedosos aviones Late 28, el
bachiller Ernesto Sifontes fue de los primeros en volar de un lugar a otro,
porque le permitía medir el calor de la atmósfera superior, es decir, precisar
el graduante térmico en nuestra atmósfera, especialmente en las zonas boscosas
de Guayana. Después no fue necesario
porque se introdujo la Radio-sonda elevada en globos, con
los cual era posible estudiar la temperatura, el punto de rocío y la humedad
relativa, entre los 500 metros y los 15 kilómetros de altura.(AF)
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