El
nombre de “Puerto Ordaz” hace honor al lejano Comendador que desentrañó a
fuerza de sangre y temeridad los telúricos misterios del gran río. Para
entonces se barajaron y echaron a la consideración nombres como Nueva
Erin, Nuevo Dorado, Manoa, pero prevaleció el nombre del intrépido
conquistador por ocurrencia de quien iba a fungir de fundador, porque los
pueblos, por tradición colonial siempre tienen un fundador por más colectiva
que sea la empresa. De suerte que Luis Felipe Llovera Páez, miembro de la Junta
Militar que gobernaba al País e hijo de la tierra bolivarense, le tocó, por
partida doble, la autoría del nombre y el protagonismo del acto de colocación
de la primera piedra.
El
sitio exacto de la ceremonia era todavía “monte y culebra”, apenas desmalezado por el machete rozador. Allí fueron instalados una mesa rústica y un
micrófono para amplificar innecesariamente la voz que llenó de augurios a
obreros pioneros, aun cuando la fauna peculiar experimentaba la pérdida de su
hábitat.
Denotamos
que Monseñor Juan José Bernal Ortiz,
prelado de la ceremonia que tuvo
lugar en la mañana del 9 de febrero de 1952, fue el mismo que impartió la
bendición a la primera piedra colocada por Rómulo Betancourt para oficializar
la realidad de Ciudad Guayana conformada por San Félix y Puerto Ordaz, a ambos
márgenes del Caroní en confluencia con el Orinoco. Lo que inició el pro cónsul
de la dictadura la coronaba sin prejuicio el Jefe del gobierno de la democracia.
Había
que protocolizar con una visita la fundación de Ciudad Piar, 110 kilómetros al suroeste y hacia allá se
enrumbó buena parte de las autoridades y demás personalidades invitadas, pero
el río Santa Bárbara estaba crecido e impedía bajo tormenta el paso hacia el
lugar. Monseñor Bernal, acompañado del
Padre Samuel Pinto Gómez, invocó a la patrona de los artilleros y pronto como
por milagro amainó la tempestad. Algo
tarde se realizó el ritual de la bendición y dada la circunstancia, el Obispo
de la Diócesis dispuso que la patrona de la nueva ciudad fuese Santa
Bárbara, pero con tan mala fortuna que al poco tiempo fue sacada del
santoral al igual que San Cristóbal.(AF)
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