Uno de los
productos emblemáticos de la artesanía doméstica bolivarense es sin duda el Merey
pasado a pesar de no ser originario como el Amargo Angostura. El Merey pasado aparece por primera vez
en Ciudad Bolívar en diciembre de 1907, proveniente de la isla de Santo Domingo
y le abrió los ojos a muchos angostureños que no sabían qué hacer con la
silvestre cosecha de nuestro fruto que sólo era aprovechada por las aves y los
becerros.
El periódico vespertino “El Anunciador” es el primero en dar la
noticia. Revela la muestra que ha traído
una señora dominicana y la compara con el higo, dado su sabor agradable y que
perfectamente muy bien podrían adoptar los bolivarenses.
Prepararlo es fácil y aquí en Guayana se dan de flor, de primer
orden crecen silvestres, dulces y apetitosos –dice la información y agrega que no
sólo la parte carnosa es buena para comer sino que ese fruto amarillo y rojo
del florido mes de mayo, tiene propiedades medicinales inapreciables.
También el moñito sirve para muchas
cosas. La almendra que encierra, usted
la tuesta y es superior a la bellota española y además sirve para hacer
horchata. También la nuez da por presión
un aceite cáustico que resulta excelente remedio contra los callos, cadillos y
verrugas, aplicándolo con un pincelito, por supuesto, y teniendo cuidado de no
pasarse, porque podría ocasionar “gangrena” (sic). Véase pues –termina la nota- cómo nada hay
despreciable en el mundo, ni siquiera un moñito de merey.
De suerte, que el Merey Pasado guayanés, tan solicitado
por turistas y viajeros, nos vino de la antillana isla de San Domingo y desde
entonces comenzó su elaboración artesanal en Ciudad Bolívar. Y así como la fórmula del Merey Pasado nos vino de Santo Domingo,
el Mazapán, también producto de la
almendra del Merey, nos vino de la isla de Trinidad o de las culinarias manos
de una trinitaria llamada Nicolasa Raiter, esposa de Alejandro Sutherland,
requerido por el Gobierno para trabajar como constructor en la obra del dique
que evitaría las altas crecidas del Orinoco continuaran afectando a la ciudad.
Por ese tiempo ella que en la vecina
isla hacía confites con almendras importadas de Inglaterra, creyó que podía
sustituirlas con las almendras del merey. Los resultados no se hicieron esperar
y por varias generaciones los Sutherland han venido trabajando todas las
variedades de dulces derivadas del Merey y su pequeña industria artesanal dio
origen a otras que dominan un mercado que más para los guayaneses ha quedado
para viajeros y turistas, pues la fama de los confites a base de merey se ha
corrido mucho más allá del Orinoco y los precios están muy por encima de la
capacidad del habitante común.
Además del Merey Pasado que se prepara con papelón, clavo de olor y limón
y el Masapán, confeccionado con la almendra tostada-molida, leche y
azúcar, la industria artesanal elabora el merey en almíbar, con azúcar, clavo y
limón, más la simple Almendra tostada y con sal.
En el vecino Brasil, se prepara con el fruto un refresco popular
llamado cuajada. En Bolivia la
almendra se recomienda como estimulante del cerebro y la memoria. Varios países
de las Antillas lo utilizan en la preparación de vinagres y vinos comerciales.
En Portugal y África oriental han logrado obtener brandy. En estas mismas
regiones utilizan el merey como encurtido luego de tratarlo al vapor y ponerlo
en salmuera. Mineros brasileros que trabajan en las minas de Guayana suelen
usar la corteza del merey para tratar el paludismo y como antídoto contra las
mordeduras de serpiente.

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